Son mis ojos los que hablan por mí,
quienes interceden entre mis manos y tu cuerpo,
Ejerciendo la diplomacia que se encarga de inquietar al deseo,
Algo se transforma en las más profundas entrañas de mí ser al saberte cerca,
al notar tu palpitar acelerarse a través de tus ropas, al verte caminar lentamente hacia mi
Tu timidez se pone el disfraz de pecadora,
mientras la labia insolente y decidida
Hace centellear en tu mirada la misma flama que arde en la mía
El atrevimiento se deshace de las formalidades
Y nos dedicamos a amarnos sin límite de tiempo y espacio
Desde la amplitud de una cama hasta lo estrecho de unas escaleras vacías
Calmo sin prisas mi sed entre la tibieza de tus piernas,
Mientras mi boca bebe de ti
contoneas tus formas al compás de mis labios
Y tus ojos te miran por dentro al sentir cómo invado lentamente tu espacio
Tu frágil figura se vuelve maleable al calor que desprenden mis dedos
Te acerco hacia mí, mimetizando mi piel con tu cuerpo
Trazando con fuerza en tus caderas nubes púrpuras
Que servirán de guía cuando vuelva a tomarte de nuevo
Que se acobarden las horas y que nuestras voces intimiden al tiempo,
Así ya no habrá más nada que vuelva a importunarnos,
Te espero con el apetito abierto y con los ojos cerrados
Con las ganas impacientes de pintar nuevamente nuestras sombras en las paredes
Te espero para hacernos el amor…Para amarnos.
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